11.8.05

No escribo, rescribo.

Siempre quise hacer escritura creativa, pero, como es sabido (y se habrán dado cuenta por lo poco que han leído), tengo menos talento literario que la Prandi. Mi frustración artística se vió materializada en la vida que elegí, o sea, por mi carrera. Soy traductora y soy una sombra. Mi trabajo es ese, hacer la sombra necesaria para que la imagen se vea completa. Pero uno siempre mira el dibujo, nunca las sombras.
Al no tener talento propio me apropio (valga la cacofonía) del talento de los demás. Y nadie se da cuenta. Eso es lo bueno.

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